A year ago

Hey mates,

Hoy hace exactamente un año que lo dejé todo y decidí largarme. Cogí un avión para irme al culo del mundo. Imposible no recordar aquel 1 de Enero de 2019. Y hoy, ya ha pasado un año e incluso hemos cambiado de década. 

Debo decir que lo que me da más miedo de pensar en este año, es que, ya no soy la misma.

Ha pasado exactamente un año. Un año que no abrazo a mis padres, a mi hermana, a mis abuelos y a toda mi familia, que no estoy allí viendo cada logro y cada meta que cumplen. Un año que he perdido de cada uno de ellos. Y es que la realidad es esa, debemos sacrificar para poder seguir viviendo, y eso, es de lo que más cuenta me he dado en Australia. Un año en el que cada día que pasa me cuesta y duele un poco más llamar a mis padres, por el simple hecho de verles. Hace un año que no desayuno ni voy de compras ni tengo una conversación con mi mejor amiga, mi madre; hace un año que no le digo a mi hermana que no me coja la ropa y que me desbloqué de Instagram; un año que no le cuento mi día a día a mi padre cuando llego cansada del trabajo o que no nos peleamos porque no he tendido una lavadora; un año que mis abuelos no me vuelven a repetir cada una de sus vivencias e historias, que he escuchado mil veces, pero que cada vez que me las cuentan, siento la misma emoción de la primera vez (ojalá pudiera escucharlas hoy); un año que no veo que mis primas aprenden cada día algo nuevo y estoy ahí para ayudarlas y acompañarlas; un año que no ceno o tengo noche de chicas con mis tias. Pero lo que más me duele, un año que no estoy sentada con todos y cada uno de ellos en la misma mesa.

Y después de este momento melancólico...

También hace un año que he crecido a pasos agigantados; un año que cada día es un nuevo reto y una prueba de fuego por saber si podré seguir aquí o no; un año en el que me he hecho más fuerte que nunca; un año en el que he aprendido que el rencor no sirve de nada, que hay que perdonar y aprender para poder seguir; un año en el que me da igual lo que piensen sobre mis decisiones; un año en el que cada paso que doy es una experiencia; un año en el que todas y cada una de mis decisiones las tomo yo; un año que estoy viviendo mi vida como quiero y como buenamente puedo (hahaha); un año en el que he conocido gente tan distinta y a la vez tan igual a mi que me he asustado; un año en el que me he comprado dos motos y un coche, lo que nunca pensé estando a 17000km de casa y sola; un año en el que he aprendido que todo no se puede planear y que la vida cambia cada jodido segundo; un año en el que los problemas son menos problemas porque cada uno decide la importancia que tienen y mientras lo que de verdad importa -familia- esté bien, lo demás está de más; un año en el que he convivido con personas de todo el mundo; un año que la vida me regaló a mis disgusting para que caminase un poco menos sola; un año en el que he aprendido que lo importante de la vida no está en lo material; un año en el que he aprendido a valorar todo lo que nos rodea fuera de nuestro círculo; un año en el que he sido más consciente y a la vez también más inconsciente que nunca.
En definitiva, un año que un país como Australia me ha acogido para que pudiera mantenerme a flote en cada obstáculo que tuve y para que aprendiera a ver la vida con otros ojos. Porque la vida la hemos venido a jugar, y eso, es justamente lo que estoy haciendo.

Nunca me cansaré de hablar de Australia, ¡qué intensa eres jodida! Y es que a diferencia de todo lo que la gente se imagina de Australia (porque un día fui yo la que imaginaba), no tiene nada que ver con lo que tenemos en mente. La mejor palabra que describiría Australia sería intensidad. Es capaz de hacerte llorar en cuestión de segundos, de quitártelo todo con tan solo un pestañeo, de darte nuevas oportunidades cuando menos te lo esperas, de darte pequeños rallitos de luz cuando más los necesitas, de hacerte ver la vida desde mil perspectivas distintas y así hacerte crecer viendo que no hay tan solo una opción "buena" o válida, de hacerte valorar todo lo que te rodea y de valorarte. 

Empieza un nuevo año y con ello nuevas oportunidades que quizás vengan de cabeza o haya que buscarlas un poquitín, pero que estarán ahí seguro. Lo sé.

Os deseo lo mejor: ¡vida, sueños y oportunidades! 

Y recordad, no todo viene solo, a veces hay que arriesgar. Y si no sale bien, volvemos a arriesgar. Quien sabe, quizás en alguno de esos fallos, por descuido, aparece una oportunidad de la hostia.



¡Nos vemos en Australia!🇦🇺

Pd. Familia os quiero y os echo de menos.

Barcelona Airport - a year ago

Comentarios

Entradas populares de este blog

Nueva aventura: ¡Me compro una furgoneta!

Wave Rock, Kondinin Lake and Magic Lake - WA, Australia

"Bye Australia, always in my heart mate!"